El Tarot es una mancia que no necesita ningún don o poder especial para su interpretación. Se basa en naipes con imágenes de fuerte contenido simbólico.
El Tarot es una mancia que utiliza naipes con imágenes de fuerte contenido simbólico para ayudarnos a responder preguntas que no podríamos contestar por la vía del entendimiento intelectual racional. A diferencia de otras mancias, el Tarot no necesita ningún don o poder especial para su lectura, esto lo hace especialmente atractivo.
Con algunos conocimientos básicos, algo de práctica y afinando la capacidad intuitiva que poseemos, cualquier persona está en condiciones de realizar una tiradas de Tarot y una lectura coherente y con sentido.
El interés del Tarot va mucho más allá de su carácter predictivo, éste agudiza nuestra percepción, nos sensibiliza para ver más allá, estimula la imaginación para contactarnos con otras realidades, dispara la reflexión sobre nuestra psique y nuestro entorno y nos sirve como instrumento de conocimiento personal y comprensión.
Hay varias teorías sobre sus orígenes, pero la mayor parte de las investigaciones indican que hay que remontarse al Antiguo Egipto (a las láminas del famoso Libro del Thot) para encontrar los antecedentes del Tarot. Su auge data de la Alta Edad Media y del Renacimiento. Considerando esta larga historia, no es raro que existan una multiplicidad de Tarot desde hace tiempo. Sin embargo, más allá de la diversidad y la cantidad de naipes que se utilizan, todos tienen fuertes semejanzas y hasta algunos se puede hablar hasta de identidad completa.
El Tarot es una mancia que utiliza naipes con imágenes de fuerte contenido simbólico para ayudarnos a responder preguntas que no podríamos contestar por la vía del entendimiento intelectual racional. A diferencia de otras mancias, el Tarot no necesita ningún don o poder especial para su lectura, esto lo hace especialmente atractivo.
Con algunos conocimientos básicos, algo de práctica y afinando la capacidad intuitiva que poseemos, cualquier persona está en condiciones de realizar una tiradas de Tarot y una lectura coherente y con sentido.
El interés del Tarot va mucho más allá de su carácter predictivo, éste agudiza nuestra percepción, nos sensibiliza para ver más allá, estimula la imaginación para contactarnos con otras realidades, dispara la reflexión sobre nuestra psique y nuestro entorno y nos sirve como instrumento de conocimiento personal y comprensión.
Hay varias teorías sobre sus orígenes, pero la mayor parte de las investigaciones indican que hay que remontarse al Antiguo Egipto (a las láminas del famoso Libro del Thot) para encontrar los antecedentes del Tarot. Su auge data de la Alta Edad Media y del Renacimiento. Considerando esta larga historia, no es raro que existan una multiplicidad de Tarot desde hace tiempo. Sin embargo, más allá de la diversidad y la cantidad de naipes que se utilizan, todos tienen fuertes semejanzas y hasta algunos se puede hablar hasta de identidad completa.
